¿Cómo celebras las fiestas?
No existe una forma correcta de vivir las fiestas. Hay quienes celebran de forma íntima, quienes disfrutan reuniéndose mucha gente, quienes decoran cada rincón, quienes llenan la agenda de planes...
Sean como sean tus Navidades hay algo bastante común y es que, entre buscar regalos, preparar comidas y atender a la familia y amigos, puede volverse un poco estresante.
Eso no significa que tengas que resignarte a unas fiestas agotadoras. Con algunos ajustes sencillos, es posible vivirlas con mismo disfrute y más calma.
1. Simplificar también es cuidarse
Tener perfecta la mesa, la comida y la decoración es muy agradable para los invitados, pero tomar conciencia de que lo importante es estar juntos ayuda a simplificar, sabiendo que disfrutarán lo mismo con algo menos laborioso para los anfitriones.
Y lo mismo ocurre con los regalos. Limitar la cantidad, planificar con antelación y llevar una lista clara ayuda a evitar compras impulsivas y la sensación de ir siempre a contrarreloj.
Menos exceso suele traducirse en más disfrute.
2. Compartir responsabilidades
Si te gusta recibir en casa pero te abruma todo lo que implica —organizar, cocinar, preparar, recoger—, compartir tareas puede marcar la diferencia.
Pedir ayuda no resta valor a la celebración. Al contrario: reparte el esfuerzo y permite que todas las personas involucradas disfruten más del encuentro.
Y si delegar en familiares o amigos no es una opción, externalizar ciertas tareas también puede ser una forma legítima de cuidarse.
Liberar tiempo y energía es, muchas veces, una inversión en bienestar.
3. Aprender a decir “no” sin culpa
Las fiestas suelen venir acompañadas de muchas invitaciones y compromisos. Y no siempre apetece —ni se puede— con todo.
Decir “no” de forma educada y breve es una herramienta muy valiosa. No hace falta justificar cada decisión ni dar explicaciones largas. Un “gracias, pero esta vez no podré” es suficiente.
Cuidar del propio tiempo y de la propia energía también es una forma de auto respeto.
4. Mantener cierta flexibilidad
Cambios de planes, viajes complicados, imprevistos o pequeños problemas de salud son habituales en esta época del año.
Aceptar que no todo saldrá exactamente como estaba previsto ayuda a reducir la ansiedad cuando algo se desajusta. Mantener una actitud flexible permite adaptarse mejor y evitar frustraciones innecesarias.
5. Volver a lo esencial
Cuando las fiestas se vuelven demasiado intensas, es fácil perder de vista qué es lo importante para ti. Parar un momento y comparar lo que "quieres" hacer con lo que realmente "puedes" hacer sin estresarte puede cambiar por completo la experiencia.
Porque disfrutar de las fiestas también pasa por llegar a ellas (y salir de ellas) con energía, presencia y tranquilidad.
Y tú, ¿qué haces para vivir las fiestas con menos estrés y más disfrute?